domingo, 2 de mayo de 2010

La programación televisiva, entre dictaduras y democracias

La Televisión de la Dictadura
Con la peor dictadura de la historia, la cultura y el arte nacional sufrieron múltiples atropellos. Las listas negras se impusieron de inmediato: actores y actrices como Norma Aleandro, Marilina Ross, Juan Carlos Gené, Irma Roy, Luis Politti, Federico Luppi, Bárbara Mugica, Carlos Carella, Héctor Alterio, David Stivel, que habían recibido amenazas en las postrimerías del anterior gobierno constitucional por parte de la Triple A, fueron prohibidos por decisión de la Junta Militar. La ceremonia de entrega del "Martín Fierro" se realizó casi en secreto, sin televisación y con escasa repercusión en los medios gráficos. Numerosos periodistas del medio recibieron también presiones y censura.
Próximo a realizarse en el país el Campeonato Mundial de Fútbol en 1978, la dictadura creó el Ente Argentina78 TV con el propósito de instaurar un canal de transmisión en color. Se adoptó la norma Pal–N y nació ATC en reemplazo del Canal 7, con instalaciones monumentales y de última generación para justificar el desmesurado presupuesto acordado. Otra muestra del accionar dictatorial con la televisión fue el engañoso manejo informativo que se hizo durante la Guerra de Malvinas a través del tratamiento triunfalista del conflicto.
Se impuso entonces una televisión pasatista con series norteamericanas de nueva factura ("El hombre nuclear", "La mujer biónica", "Las calles de San Francisco", "Koyak", "Swatt", "Los ángeles de Charly") que naturalizaban la violencia, los apremios ilegales y el sexismo. Las telenovelas incorporaron a niños o adolescentes como protagonistas ("Pelito", "Andrea Celeste") o se reeditaron viejas historias ("Rosa de Lejos", remake de "Simplemente María"), al tiempo que se incorporaban tiras mexicanas o venezolanas que resultaban de bajo costo para la situación cambiaria de la época.
Otros programas de esos años fueron "Tiempo nuevo" de Bernardo Neustadt, "Pinky y la noticia", "El show de Velazco Ferrero" o "La hora de Andrés". Un hito aparte lo constituyó "Video–Show" de Cacho Fontana, el primer programa en utilizar una videocámara.
En 1980, sobre el antecedente de la CONART, se creó el Comité Federal de Radiodifusión (COMFER) con el fin de controlar el funcionamiento y emisión de la programación de radio y TV.

El Retorno a la Democracia
A partir de 1983 soplaron aires frescos en la sociedad y por ende, en la televisión, que renovó formatos y lenguajes. El mejor ejemplo fue el tratamiento de la información: programas como "Semanario insólito" o "Cable a tierra", deudores de la experiencia pionera de "La noticia rebelde" de Abrevaya, Guinzburg y Castello, se posicionaron en forma destacada. "El Monitor Argentino" de Roberto Cenderelli, conducido por la dupla Caparrós–Dorio, y "El Galpón de la Memoria", censurado en su segunda emisión por el COMFER en 1987, mostraron el grado de creatividad y madurez que el medio podía alcanzar.
La necesidad de reflexionar sobre el pasado reciente se puso de manifiesto en unitarios de temática más profunda ("Compromiso", "Nosotros y los miedos", "Atreverse") y la telenovela planteó la construcción de un verosímil más sólido ("Contracara", "Historia de un trepador"). Los programas humorísticos en tanto, comenzaron a exhibir cierto "destape" ("No toca botón", "Calabromas", "Comicolor").
Las flamantes empresas de cable instaladas en la zona norte del Gran Buenos Aires se mudaron a la Capital dando origen a un fenómeno nuevo: el auge de la TV por cable. En 1984 Canal 9 volvió nuevamente a manos de Alejandro Romay. Dos años más tarde comenzaron a ser utilizados los satélites para la transmisión de video, audio y datos y las empresas del rubro llegaron a promocionar hasta 70 canales de señales nacionales y extranjeras. Volvió APTRA: en 1988 pudo transmitir la entrega de sus premios desde ATC, en directo hacia todo el país.
Los Años Recientes
La década del 90 produjo otros cambios. Se liberaron señales y frecuencias y los canales de aire regresaron a manos privadas. Paralelamente, surgieron poderosos grupos multimedia que comenzaron a concentrar en una sola empresa distintos medios de comunicación.Por otra parte, la instrumentación del zapping por parte del espectador generó también desde la propia TV una retórica más audaz e impactante, en muchos casos de marcado tinte sensacionalista, a fin de mantener al público cautivo. Indirectamente se vio afectada la programación de materiales fílmicos, que ganó en actualidad, aunque no siempre en calidad. Las viejas figuras dieron paso a los jóvenes de entonces (Pergolini, Tinelli, Suar, Cris Morena), aunque se mantuvieron algunas de larga data como Mirta Legrand o Susana Giménez, repitiendo fórmulas de éxito seguro.
El videocable permitió la llegada de series originales sin doblaje ("Friends", "Seinfield", "La niñera", "Código X"). Los programas infantiles también tuvieron en productos importados sus principales referentes ("El show de Xuxa", "Los Simpson") y proliferaron dibujos animados protagonizados por monstruos y criaturas extrañas. El deporte pasó a ocupar un rol destacado, con canales de dedicación temática completa.
Hoy resulta difícil predecir el rumbo que tendrá la televisión en los próximos diez o veinte años, sobre todo a partir de la incorporación de las nuevas tecnologías al espacio audiovisual. Sin embargo, cabe señalar que la sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, augura mejores tiempos para el medio.

El Primero CANAL 7
Es el canal de televisión oficial. Fue el primer canal de TV en el país y el pionero también en la transmisión a color, recibiendo el nombre Argentina Televisora Color (ATC) entre 1978 y 1999. Su área de cobertura abarca todo el territorio nacional; sus contenidos son variados y priorizan información, cultura y educación desde un enfoque federal. Tiene asignada la frecuencia LS82 y opera desde su estudio y complejo de transmisión ubicado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La primera transmisión en la Argentina se realizó en 1951, dando origen al por entonces privado canal 7, en ese entonces LR3-TV, propiedad del pionero en radio y televisión, Jaime Yankelevich. En 1974 los tres canales privados de Buenos Aires (el 9, el 11 y el 13) fueron nacionalizados. Durante la última dictadura militar (1976–1983), estos tres canales fueron entregados a las tres ramas de las fuerzas armadas. En 1984, luego de un largo proceso judicial, Alejandro Romay, propietario del canal 9, fue restituido en la dirección de la señal. Los canales 11 y 13 estuvieron bajo administración del Estado hasta 1989, año en que fueron privatizados. Los canales de aire del interior del país retransmiten en gran parte la programación de los canales porteños.
Marsa, Leibivich, Fernández, Schlender 3º4ª


1 comentario:

Anónimo dijo...
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